Esmalte
El esmalte a fuego es un arte milenario, constituye un objeto pictórico vitrificable aplicado sobre base de metal a las que confiere un acabado perenne de color vivo, duradero, impermeable e inalterable. Ésta características permite su conocimiento y conservación pues hay piezas encontradas que se remontan al 3er milenio a.C.
Orígenes
Las mismas civilizaciones que descubrieron el vidrio, la egipcia y la mesopotámica, desarrollaron tecnologías de vidrio y orfebrería con incrustaciones de pastas vítreas que permiten hablar de proto esmaltes. Se trata de joyas en las que se combinan incrustaciones en huecos y alvéolos de piedras semipreciosas con pastas de vidrio regularmente talladas, encajadas e incrustadas entre láminas de oro elaboradas previamente. Al parecer quienes perfeccionaron y difundieron las tecnologías del vidrio fueron los fenicios que lo llevaron por todo el Mediterráneo. Plinio el Viejo, en sus crónicas, menciona que la pasta vítrea fué descubierta de forma casual, por la fusión resultado de la sílice de las arenas de las playas mediterráneas, donde varaban los fenicios, combinada con los elementos calcáreos que se adherían a los metales que utilizaban para cocinar o mantener el fuego por las noches.
Mundo antigüo
Los más antiguos vestigios de esmaltería pertenecen al Mediterráneo, en la isla de Chipre, piezas de joyería esmaltada con la técnica de alveolado en oro en tumbas de la civilización micénica del Egeo. Un conjunto de seis anillos de la edad de bronce s. Xlll a.C. del yacimiento de Kouklia y un cetro real de oro del s.Xl de la necrópolis de Kourion conservados actualmente en el Museo de Nicosia
La pasta de vidrio no se incrustó, se aplicó y fundió directo sobre el oro. En la Grecia clásica se incorpora a la joyería s.Vl a.C. Por influencia fenicia aparece en colonias mediterráneas el collar de Gadir (Cádiz, s V-lV a C) y «Tesoro de Carambolo» (Sevilla, s.Vlll-Vl a.C). Roma dejó varios vestigios en la Galia francesa. Los Celtas y otros nómadas que atravesaron Europa hasta la península Ibérica, dejaron piezas en una nueva técnica de excavado de metal, sobre todo en yacimientos Galos, donde incluso se encontró un taller y diversa herramienta de esmaltador, que ahora se encuentra en el Museo Arqueológico de Sain Germain, Layé, Francia. También a ellos se atribuye el esmaltado en occidente.
Fíbula de bronce, Roma. Esmalte excabado (champlebé) procedente de Galia (Vaison la Romaine) S. III. Museo Arqueológico de Sain Germain
En Oriente eran conocidos estos procedimientos que llegan a Occidente a través de invasiones regulares de pueblos nómadas que venían de las estepas euroasiáticas. Un pueblo de origen asiático, los Escitas, con una avanzada tecnología en orfebrería y metales, común en nómadas, entró en contacto con el mundo griego cuando éste se había extendido hasta la peninsula de Crimea, durante la época macedónica y en éste lugar existió una especie de taller internacional de joyería y orfebrería, en el cual el esmalte era una técnica bien conocida utilizada en piezas de joyería de alta tecnología y refinadas.